martes, 24 de marzo de 2020


TEMA: TEXTOS EXPOSITIVOS Y DE DIVULGACIÓN
GRADO 8° 1 Y 2




OBSERVA EL TALLER Y LUEGO RESUELVE

ACTIVIDAD
Escribir un texto expositivo, de carácter divulgativo, sobre un tema elegido a tu gusto.

PLANIFICACIÓN:

1º) Escoge una de entre las tarjetas que te proporcionará tu profesor, al azar, y ya tienes el tema de tu texto
2º) Piensa cómo debes enfocar el texto en función del destinatario del mismo. 
3º) Investiga y documéntate sobre ese tema en diferentes fuentes fiables (libros, medios digitales etc.)
4º) Selecciona la información y resúmela.
5º) Piensa en la estructura de cómo vas a organizar el texto. Puede ayudarte confeccionar un pequeño esquema.

PRODUCCIÓN DEL TEXTO

  • Redacta el texto teniendo en cuenta la inclusión de:
    • Párrafos
    • Ejemplos o citas textuales
    • Datos estadísticos (se deben citar las fuentes de donde se han extraído)
    • Gráficos, ilustraciones o imágenes
    • Información relevante
    • Tecnicismos sobre el tema tratado.
    • etc.[Revisar apuntes sobre el texto expositivo vistos en clase]
REVISIÓN DEL TEXTO

Revisa el texto fijándote en lo siguiente:
  • Consigue el propósito marcado.
  • Tiene un carácter divulgativo.
  • La estructura es clara y coherente.
  • El léxico es adecuado.
  • Hay corrección ortográfica, estilística y formal. 







lunes, 16 de marzo de 2020

LA RIQUEZA DE NUESTRA LENGUA

Lenguaje

Ernesto Sábato

El lenguaje comienza siendo un simple gruñido para designar todas las cosas; luego se va diversificando y especializando; este proceso se llama enriquecimiento y es alentado por los padres y profesores de lenguas.
Pero cuando se llega a tener cien o doscientas mil palabras, se encuentra que el ideal consiste en expresarse con diez o veinte. El lenguaje del filósofo es muy reducido: objeto, sujeto, materia, causa, espacio, tiempo, fin y alguna otra más.
Si lo apuran mucho se arregla con una sola palabra, como apeirón o sustancia.
Es probable que el ideal de muchos filósofos sea terminar finalmente en el gruñido único y monista.
FIN




UN CUENTO MAS PARA TU MENTE ! DESPIERTA !


Una lección de humildad

James Baldwin


Cierto día el califa Harun al Raschid organizó un gran banquete en el salón principal de palacio.
Las paredes y el cielo raso brillaban por el oro y las piedras preciosas con las que estaban adornados. Y la gran mesa estaba decorada con exóticas plantas y flores Allí estaban los hombres más nobles de toda Persia y Arabia. También estaban presentes como invitados muchos hombres sabios, poetas y músicos.
Después de un buen tiempo de transcurrida la fiesta, el califa se dirigió al poeta y le dijo:
-Oh, príncipe hacedor de hermosos poemas, muéstranos tu habilidad, describe en versos este alegre y glorioso banquete.
El poeta se puso de pie y empezó con estas palabras:
-¡Salud!, oh califa, y goza bajo el abrigo de vuestro extraordinario palacio.
-Buena introducción -dijo Raschid-. Pero permítenos escuchar más de tu discurso.
El poeta prosiguió:
-Y que en cada nuevo amanecer te llegue también una nueva alegría. Que cada atardecer veas que todos tus deseos fueron realizados.
-¡Bien, bien! Sigue pues con tu poema.
El poeta se inclinó ligeramente en señal de agradecimiento por tan deferentes palabras del califa y prosiguió:
-¡Pero cuando la hora de la muerte llegue, oh mi califa, entonces, aprenderás que todas las delicias de la vida no fueron más que efímeros momentos, como una puesta de sol.
Los ojos del califa se llenaron de lágrimas, y la emoción ahogó sus palabras. Cubrió su rostro con las manos y empezó a sollozar.
Luego, uno de los oficiales que estaba sentado cerca del poeta alzó la voz:
-¡Alto! El califa quiso que lo alegraran con cosas placenteras, y tú le estás llenando la cabeza con cosas muy tristes.
-Deja al poeta solo –dijo Raschid-. Él ha sido capaz de ver la ceguera que hay en mí y trata de hacer que yo abra los ojos.

A PROPÓSITO DE NUESTRA SITUACIÓN PANDEMICA, UNA REFLEXIÓN




FRAGMENTO, LA CEGUERA - SARAMAGO

Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes de que se encendiera la señal roja. En el indicador del paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. La gente empezó a cruzar la calle pisando las franjas blancas pintadas en la capa negra del asfalto, nada hay que se parezca menos a la cebra, pero así llaman a este paso. Los conductores, impacientes, con el pie en el pedal del embrague, mantenían los coches en tensión, avanzando, retrocediendo, como caballos nerviosos que vieran la fusta alzada en el aire. Habían terminado ya de pasar los peatones, pero la luz verde que daba paso libre a los automóviles tardó aún unos segundos en alumbrarse. Hay quien sostiene que esta tardanza, aparentemente insignificante, multiplicada por los miles de semáforos existentes en la ciudad y por los cambios sucesivos de los tres colores de cada uno, es una de las causas de los atascos de circulación, o embotellamientos, si queremos utilizar la expresión común.
Al fin se encendió la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió que no todos habían arrancado. El primero de la fila de en medio está parado, tendrá un problema mecánico, se le habrá soltado el cable del acelerador, o se le agarrotó la palanca de la caja de velocidades, o una avería en el sistema hidráulico, un bloqueo de frenos, un fallo en el circuito eléctrico, a no ser que, simplemente, se haya quedado sin gasolina, no sería la primera vez que esto ocurre. El nuevo grupo de peatones que se está formando en las aceras ve al conductor inmovilizado braceando tras el parabrisas mientras los de los coches de atrás tocan frenéticos el claxon. Algunos conductores han saltado ya a la calzada, dispuestos a empujar al automóvil averiado hacia donde no moleste. Golpean impacientemente los cristales cerrados. El hombre que está dentro vuelve hacia ellos la cabeza, hacia un lado, hacia el otro, se ve que grita algo, por los movimientos de la boca se nota que repite una palabra, una no, dos, así es realmente, como sabremos cuando alguien, al fin, logre abrir una puerta, Estoy ciego.


ALGUNAS REFLEXIONES


  • "Desesperados y enloquecidos por su enfermedad luchan a toda costa por sobrevivir. Entre los ciegos se impone el egoísmo y por tanto la ley del más fuerte; en estos casos el hombre pierde toda su humanidad".

  • "Por terrible que parezca, estoy segura de que la gente reaccionaría de forma parecida si las circunstancias que plantea Saramago en "Ensayo sobre la ceguera" ocurrieran en realidad. "El mundo está lleno de ciegos vivos" y estoy de acuerdo con él en que "no somos inmortales, no podemos escapar a la muerte, pero al menos deberíamos no ser ciegos".

    "Pertenecer a la raza de los seres humanos conlleva unas responsabilidades y es necesario mantenernos lúcidos. "El sueño ocupando el lugar de la memoria, a dónde iremos a parar por ese camino". Si no podemos soportar con entereza nuestros miedos podemos caer en la ceguera, porque "hasta este punto puede engañarse al espíritu cuando se rinde a los monstruos que él mismo ha creado".













MUY PERO MUY MOTIVADO

MUY PERO MUY MOTIVADO
EN MI NUEVA INSTITUCIÓN
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